En clave adolescente

 En clave adolescente: referentes, prácticas y hábitos de consumo cultural, es una investigación que analiza las pautas de consumo audiovisual y los referentes culturales considerados más importantes para los adolescentes chilenos de 15 a 17 años, considerando dos variables: el género y la situación socioeconómica.

La investigación se inició con una fase etnográfica donde se observaron las rutinas cotidianas de interacción de dos adolescentes (hombre y mujer) con las distintas plataformas mediáticas. Los resultados de esta fase sirvieron para elaborar y refinar un cuestionario que se aplicó posteriormente a 497 estudiantes de 15 a 18 años en 23 establecimientos educacionales de la Región Metropolitana.

Pautas de consumo audiovisual

Los resultados arrojan una preferencia de los adolescentes por contenidos de ficción, generalmente de origen foráneo (mayormente estadounidenses) que consumen a través de diferentes plataformas (YouTube, Netflix, etc.). Esta circunstancia estaría condicionando por una parte la consolidación de una generación de jóvenes globalizados, abiertos y poco prejuiciosos, pero también, por otra parte, una generación bastante desconectada de las problemáticas locales, lo que agudiza un sentimiento de aislamiento e incomodidad al no encontrar su lugar.

Portada del estudio

La aparente aceptación de la diversidad que muestra esta generación contrasta con la escasa variedad de los modelos/referentes más admirados (misma edad, oficios glamurosos, desconfianza hacia fuentes expertas, etc.), lo que termina por simplificar en extremo esa aparente diversidad.

Las diferencias de género no se aprecian en el tipo de contenidos que consumen, pero si en la lectura que hacen de ellos, en los modelos de ser hombre y ser mujer que allí se presentan y en su contexto de recepción.

 

¿Qué buscan (y al parecer encuentran) en las ficciones que consumen?

En términos generales buscarán elementos que les permitan hacen una declaración de sí mismos, esto es, un reconocimiento de su identidad: el sentido y protección de su vida, el valor que les otorga la sociedad, el sentido del riesgo y el reconocimiento de límites, pero también la necesidad de certezas.

Los más seguidos en las redes

Augusto Schuster, Vesta Lugg, Mon Laferte, Balentina Villagra y Xodaaaa son los instagramers y youtubers que se seleccionaron en el estudio como referentes culturales de los adolescentes chilenos. Más allá de las diferencias observadas en cada uno de sus perfiles, los autores concluyen que las publicaciones que realizan los referentes son parte de un trabajo de difusión para lograr reconocimiento (hacerse famosos), con ese objetivo construyen un personaje y sus diferentes facetas: debe parecer autentico y genuino, debe ser original, cercano y amable, debe ser bello, debe tener buen humor y saber reírse de sí mismo.

Los autores entienden que la difuminación de las fronteras entre lo público y lo privado que realizan los referentes al exponer su personaje como en una vitrina, es replicado por los adolescentes, pero sin construir un personaje sino siendo ellos mismos. Mostrarse viene a ser un pedido de reconocimiento, comentar es sentirse parte de algo, de intentar establecer un vínculo con el sujeto de su admiración y esto es lo que reclaman.

Desafíos para la educación mediática de los adolescentes

En la segunda parte de la publicación, los autores analizan los desafíos para la educación mediática de los adolescentes, además de las distinciones sociales en el consumo cultural  y las identidades de género en construcción.

Con respecto a los desafíos para la educación mediática, los autores entienden que existe un desfase entre el alto grado de consumo de pantallas por parte de los adolescentes y el aprovechamiento de este consumo en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Lejos de serles indiferentes, los docentes deberían revisar estas experiencias mediáticas y conseguir que los estudiantes fueran conscientes de los procesos internos que viven al consumir este tipo de productos.

Por otra parte, los autores instan a los docentes a entender las pantallas no solo bajo la metáfora de las “ventanas” al mundo, sino también, bajo la metáfora del espejo. Los personajes de las pantallas activan mecanismos de identificación, hacemos nuestros los sentimientos de un personaje, de manera consciente o inconsciente, como un reflejo de nuestro yo real o ideal. Es por ello por lo que representan una oportunidad para que el adolescente se conozca así mismo más y mejor, así como para comprenderse como colectivo perteneciente a un determinado contexto social e histórico.

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