Ángela Carbonell: «La violencia de género debe abordarse desde la educación»

Los Días Internacionales nos sirven en buena medida para llamar la atención sobre la opinión pública global de que todavía existen grandes problemas sin resolver.Así el 25 noviembre se señala en el calendario como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, tal y como apuntan las Naciones Unidas, una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual.

Ángela Carbonell Marqués, profesora del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universitat de València e investigadora del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local (ACIF/2017/284).

Desde el Observatorio de la Juventud de la Fundación SM (OJI) queremos sumarnos a la campaña global de ONU Mujeres “Generación Igualdad”, poniendo el foco sobre el colectivo que ocupa nuestro trabajo diario, los y las adolescentes y jóvenes.

Entrevistamos a la profesora Ángela Carbonell, especialista en violencia de género y adolescencias en riesgo de la Universidad de Valencia, para hablar sobre como opera la violencia de género en el caso específico de la juventud; los puntos claves en su detección y prevención; y para dar a conocer la App Liad@s, como una herramienta novedosa que emplea la gamificación para reducir las actitudes sexistas y ayudar a los adolescentes a mantener relaciones de pareja saludables, igualitarias y respetuosas.

 

 

Según los datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, las denuncias de menores de edad por violencia de género en 2018 aumentaron un 139% con respecto al año 2016.

¿Aumenta la violencia o la concienciación de las víctimas a la hora de denunciar?

Los datos muestran que las denuncias por violencia de género en adolescentes han aumentado considerablemente en los últimos años. No obstante, no podemos afirmar que el aumento de la violencia o el auge de la concienciación ante la violencia de género sean causantes del aumento de denuncias, puesto que no existen estudios que demuestren empíricamente ninguna de las opciones anteriores.

Lo que está claro es que hasta hace algunos años, la violencia de género se asociaba con el matrimonio y las parejas adultas y no se consideraba que podía darse en parejas adolescentes. Era una “cosa de mayores”. No obstante, no podemos saber si realmente existe un aumento de los casos de violencia de género, puesto que la mayoría de las mujeres, sean de la edad que sean, no denuncian. De hecho, apenas el 30% de las mujeres asesinadas por violencia de género habían denunciado previamente a su agresor. Puede ser que la violencia en sí no haya aumentado, sino que las mujeres, la sociedad y los medios de comunicación son más conscientes de que este tipo de violencia existe, que es un problema social y que es necesario denunciar.

En el caso de los adolescentes ¿cuál es la forma de violencia de género qué se da en mayor grado? ¿Existen diferencias con respecto a otros grupos de edad?

La violencia de género puede darse a cualquier edad, cultura o clase, no obstante, se comporta de manera diferente en cada ámbito. Los y las adolescentes siguen aceptando el modelo patriarcal tradicional, puesto que tienen interiorizado lo que viven en casa, lo que ven en las películas y series de televisión, en los libros e incluso en la pornografía. En la adolescencia, uno de los factores que favorecen la perpetuación de las desigualdades de género es el modelo de amor romántico como medio de control y dominio sobre la mujer.  Este “amor” se basa en una ideología patriarcal que idealiza una relación de pareja en base a creencias erróneas, pero aceptadas socialmente, que perpetúan el machismo en las relaciones.

En la adolescencia, la violencia de género aparece principalmente en forma de celos y control y estas actitudes son percibidas como señales de amor y pasión hacia la pareja: «me llama a todas horas porque se preocupa por mí», «tiene celos porque me quiere», etc. Algunos estudios afirman que estas conductas de control se han normalizado y legitimado entre los y las adolescentes y esto se ha visto favorecido por el uso de las TICs y las redes sociales. La “hiperconexión” entre los y las más jóvenes se ha convertido en un arma letal para el control en la pareja, que da paso a la violencia verbal, pudiendo generar otras situaciones de violencia física, sexual o emocional.

En parejas adultas también se están viendo estas situaciones, pero interaccionan con otros tipos de violencia, como la violencia económica o patrimonial o la instrumentalización.

¿Cómo afecta al desarrollo psicosocial de una joven el hecho de haber sido víctima de violencia de género en plena etapa de construcción de la identidad?

La adolescencia es una etapa llena de cambios, donde las personas construyen su identidad de acuerdo a sus experiencias, vivencias y los factores interpersonales de cada uno/a. Ser víctima de violencia de género a cualquier edad puede tener consecuencias negativas, tanto física como emocionalmente; pero, a estas edades hay pocos aspectos de la vida que pueden librarse de verse afectados. En esta etapa, las chicas se encuentran en una situación de vulnerabilidad identitaria, lo que las convierte en vulnerables también dentro de una relación.

Muchos estudios relacionan la violencia de género en la adolescencia con un bajo rendimiento académico o incluso un abandono de los estudios, baja autoestima y un truncamiento del bienestar físico y emocional. Además, también está asociado con la depresión, el abuso de drogas, trastornos de la conducta alimentaria o trastornos de estrés postraumático, entre otros. Además, al tratarse de las primeras relaciones afectivas, las víctimas adolescentes pueden, en algunos casos, reproducir pautas de repetición inconscientes y buscar perfiles similares a su agresor, lo cual hace imprescindible una intervención psicosocial y trabajar la resiliencia con las víctimas.

En el caso de ser padres, tutores/as o profesores/as de adolescentes ¿Qué indicios deberían ponernos bajo sospecha de que una joven pudiera estar sufriendo violencia de género? ¿Cuál estimas que es la mejor manera de abordar esta situación?

Pueden existir indicios o puede que no los haya o que sea difícil identificarlos. Un moratón es fácil de identificar, pero los cambios de conducta son más complicados. Comúnmente, se asocia la violencia de género en la adolescencia con el aislamiento social, introversión, irascibilidad, problemas de concentración, bajo rendimiento académico, alteraciones del apetito, o incluso cambios en la forma de vestir. Además, la víctima también justifica los comportamientos de su pareja o directamente evita hablar de él, se culpabiliza porque su relación vaya mal, tiene una dependencia emocional muy grande a hacia su pareja. No obstante, no creo que podamos hablar de unos indicios o patrones concretos, puesto que dependerá de cada persona y cómo ella vive esa situación. Puedes ser una mujer o una chica extrovertida y con muchas amistades y también estar sufriendo violencia de género.

Lo principal para abordar una situación así es no juzgar a la víctima, ofrecer mucho apoyo social y buscar ayuda profesional. La víctima debe sentirse acompañada durante todo el proceso. Los y las profesionales tienen la función de garantizar una acogida y una buena intervención, facilitar espacios prosociales donde la adolescente se sienta cómoda y sea capaz de comprender lo que está viviendo y normalizar la situación, e informar de los recursos especializados.

Sin dejar de lado la atención a las víctimas ¿Dónde dirías que habría que poner el foco para prevenir las situaciones de violencia de género en adolescentes?

La violencia y el sexismo son algo que hemos aprendido, y la igualdad también. La violencia de género debe considerarse como un problema de salud pública, que debe abordarse desde la educación y también desde la política.

Las relaciones de pareja empiezan cada vez a edades más tempranas. Por tanto, la prevención de la violencia de género debe poner su foco en las primeras etapas de la vida, a través de la educación en igualdad de género y de no discriminación. El sistema educativo debe ofrecer una prevención integral de la violencia de género, centrándose especialmente en aquellos factores que promueven la violencia de género, como el sexismo y los mitos del amor romántico. No obstante, la prevención no puede dirigirse únicamente a niños y niñas en etapa de desarrollo, sino que la educación en materia de igualdad debe darse también a padres y madres, tutores y tutoras, y profesores y profesoras.

Además, no podemos olvidar otro aspecto clave en el que debe centrarse la prevención: la reeducación. Es necesario desarrollar, implementar y evaluar programas tratamiento, reeducación y rehabilitación de maltratadores para facilitar el cambio de conductas y actitudes hacía la mujer y prevenir futuras conductas violentas futuras parejas o hijos/as.

Desde la Universidad de Valencia habéis puesto en marcha la app Liad@s para reducir los comportamientos sexistas y aumentar la conciencia de la violencia de género en los adolescentes. ¿Cuáles fueron las principales experiencias de las que partisteis a la hora de diseñar la app?

Desde el Grado en Trabajo Social de la Universitat de València detectamos en colaboración con profesionales de la atención e intervención con menores y jóvenes, un incremento de las tasas de violencia en las relaciones de pareja adolescente y la escasa información recibida por los y las adolescentes, sobre sexismo y falacias del amor romántico. Dado este escenario, pensamos que podíamos desarrollar una herramienta preventiva y de información para que los y las adolescentes pudieran ser competentes y estar empoderados/as para afrontar relaciones de pareja sanas. Por tanto, Liad@s nace del compromiso ético y social de un grupo de investigadores e investigadoras de la Universitat de València de tres departamentos: Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales, Departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento y el Instituto de Robótica y Tecnologías de la Información y la Comunicación, con la finalidad ya no solo de crear una aplicación móvil para adolescentes, sino de medir su eficacia en tiempo real desde una perspectiva analítica y empírica. Esta App tiene como finalidad prevenir la violencia de género en adolescentes y, para ello, centra su enfoque en aquellos factores socioculturales que convergen con este tipo de violencia: los mitos del amor romántico, los cuales generan unas expectativas irreales e inculcan un prototipo de relación “ideal”, así como las actitudes sexistas según la teoría del Sexismo Ambivalente de Glick y Fiske.

¿Cuál es la dinámica de funcionamiento?

En su formato App, el juego consta de una ruleta con casillas de distintos colores que contienen diferentes de pruebas que obligan al jugador a reflexionar y posicionarse ante situaciones y vivencias adolescentes relacionadas con la mujer, el amor y las relaciones de pareja. La ruleta dispone de un pulsómetro que determinará la casilla en la que cae el/la jugador/a. A diferencia de otras aplicaciones y talleres de sensibilización de corte informativo, la aplicación cuenta con otras pruebas adicionales para incentivar la dinámica de juego (duplicar, perder, consolidar puntos) que permiten la creación de correlaciones interactivas entre la persona jugadora y el juego.

¿Qué aplicaciones tiene Liad@s en el ámbito de la educación?

Todas. Liad@s es una herramienta para favorecer la educación prosocial y utiliza las TICs como forma de acercamiento adolescente. Es la primera y única Aplicación de telefonía móvil a nivel mundial en formato juego, con estas características de corte preventivo, socializador y educativo y está desarrollada con todas las garantías de seguridad para la navegación virtual, de acuerdo con las leyes de protección de datos personales para menores y mayores de 18 años.

Liad@s está basada en la gamificación como técnica de aprendizaje trasladando la mecánica de los juegos al ámbito educativo, con el objetivo de potenciar sus resultados y que los y las adolescentes puedan absorber competencias en relaciones de pareja saludables, igualitarias y respetuosas y reducir actitudes sexistas que condicionan comportamientos agresivos y violencia de género. Este aprendizaje a través del juego permite la interiorización de conocimientos de una forma más divertida, generando experiencias más positivas en los y las adolescentes.

¿En qué dimensiones la app Liad@s se ha mostrado más efectiva?

El proyecto se desarrolló en más de 2000 adolescentes desde los 14 a los 25 años y en menores que se encuentran ingresados en centros de acogida, dado que en estos perfiles existen más vulnerabilidades asociadas a su historia de vida y que de algún modo pueden condicionar sus relaciones de pareja.

El uso de LIAD@S ha permitido reducir tanto el sexismo como las creencias románticas. En el caso del sexismo, los cambios se produjeron especialmente en aquellas actitudes más hostiles que posicionan al hombre como ser superior o que asocian a la mujer con el ámbito doméstico y reproductivo. Además, Liad@s fue eficaz en reducir aquellas creencias erróneas o mitos del amor que son potencialmente más dañinos, como el darlo todo por amor, renunciar a la intimidad por la pareja, los celos como muestra de amor, si no se ama a alguien no se es completamente feliz, etc. En definitiva, la implementación de la aplicación Liad@s ha sido efectiva científicamente, permitiendo reducir significativamente el sexismo y las creencias sobre los mitos del amor romántico. Además, la App fue más efectiva en menores con fragilidades familiares, como son los que residen en centros de acogida de menores. Los resultados del estudio están publicados en revistas de alto impacto académico.

Liad@s muestra que las tecnologías de la información y la comunicación nos ofrecen una dimensión atractiva para el empoderamiento y formación en base a hábitos y percepciones prosociales. Por ello, es importante impactar en el pensamiento de los y las adolescentes a partir de dinámicas lúdicas y experienciales que tengan como finalidad denunciar desequilibrios de género, empoderar e informar contra la violencia de género y la discriminación de las mujeres y reducir la tolerancia hacia los micromachismos cotidianos.

En términos generales ¿consideras que se ha avanzado (con respecto a las generaciones anteriores) en términos de igualdad y lucha contra la violencia de género?

Por supuesto. La lucha feminista es una revolución que está cambiando el mundo y está haciendo temblar el sistema patriarcal y androcéntrico en el que vivimos, está cuestionando todas aquellas creencias establecidas y derrumbando las desigualdades de género. Pero esta lucha no es nueva, sino que lleva siglos y siglos tratando de conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres.

Ahora nos encontramos ante generaciones más concienciadas y sensibilizadas, pero también han resurgido pensamientos retrógrados, machistas y hostiles que pensábamos que habían desaparecido. Quiero pensar que el sistema patriarcal y androcéntrico en el que vivimos empieza a sentirse atacado y está respondiendo con más violencia. Estamos avanzando y haciéndolo bien, pero todavía hay mucho que hacer.